Para quienes nos gusta el psicoanálisis este
tipo de películas resulta fascinante por el material analítico que contiene y
que nos sirve para ilustrar algunos conceptos.
Hablemos de Kevin es una película acerca de una
masacre que ocurre en un colegio estadounidense por un estudiante de 16 años y
que refleja muy bien los tipos de vínculos con sus figuras primarias, la
relación con las figuras de autoridad y prohibiciones entre otros aspecto que
iré desarrollando.
Siempre los psicólogos nos preguntamos ¿por qué
los individuos se comportan como se comportan? ¿Qué es lo que subyace una
conducta determinada? Y probablemente muchos se pregunten cuando ven en las noticias
este tipo de masacre dirán: ¿Por qué pasará esto en EE.UU? ¿Cómo habrá sido la
vida de ese muchacho para que hiciera esto?, ¡seguro eso fue por culpa de los
padres que no supieron criarlos!.
En la película se observa un embarazo donde la
madre no estaba segura al momento de concebirlo, ya en estado con el barrigón
no disfrutaba igual que otras mamás el ir al gimnasio. Cuando el bebé nace no se
ve que sobresale la felicidad y cuando el bebé llora sin cesar no vemos lo que
el psicoanalista Bion llamó “la función reveri” ese instinto o conocimiento que
tienen las cuidadoras y madres de saber si el bebé está llorando ¿por qué?. puede
ser hambre, quiere que lo contengan, que lo acurruquen, que lo deseen y que lo
amen.
Hay una escena en la película donde la mamá le
dice a Kevin algo así como: “yo
antes de tenerte quería irme a Francia” o “yo en vez de tenerte debí estar en
Francia”.
Kevin fue un niño que controló esfínteres
después de lo esperado, que observó escenas primarias y que desde pequeño le
costaba acatar órdenes de la mamá. La retaba y la mamá no era capaz de poner
límites cuando lo ameritaba y ofrecerle una crianza llena de amor.
Hay varias escenas a las que me quiero referir
para poder hablar de la estructura y la comprensión psicoanalítica del caso.
El papá lo arrullaba, jugaba con él, le hacía
referencia a la madre de que sólo era un niño, que había que comprenderlo. La
mamá se pone a jugar con Kevin a la pelota y Kevin no le respondía a la mamá
sino cuando a Kevin le daba la gana. Siempre le hablaba mal a la madre. Kevin
se hacía pupú encima como una forma de agredirla, ella se desesperaba. Tuvieron
un accidente por culpa de la madre donde Kevin se fractura el brazo, después de
este incidente Kevin logró manipular a su antojo a la madre. Quien conduciendo
le preguntaba: ¿Kevin, puedo pasar por el supermercado? Y Kevin respondía “no
quiero irme a casa”, se tocaba la cicatriz que le quedó producto del accidente
y la madre accedía a lo que Kevin quería. ¿Quién pone la autoridad? Luego la
pareja tuvo otra hija sin planificación y Kevin la maltrataba, le mataba a sus
mascotas, incluso se presume que producto de un ácido perdió el ojo por culpa
de Kevin. Kevin se comportaba distinto ante el padre que ante la madre.
En las estructuras perversas la ley del padre,
la ley de prohibición del incesto se presenta pero el mecanismo de defensa que
utiliza es la desmentida “la renegación de la ley” esto se traduce a que Kevin
si es capaz de reconocer que debe por ejemplo respetar a la madre, que debe
respetar la integridad física de las demás personas, pero reniega de eso.
Para Freud la perversión pareciera que proviene
de dos polos: la angustia de castración y por el otro, los mecanismos
defensivos destinados a defenderla. Esta angustia de castración se resuelve de
tres maneras: dos tipos en la que el sujeto no aceptaría la incidencia de la
castración sino bajo reserva de trasgredirla continuamente y una donde la
acepta y la nostalgia de la pérdida la desplaza a través de los síntomas. 1
En una caso que reniega la castración de habla
de perversión, en el caso de que no la acepte hablamos de psicosis y en caso de
que la acepte hablamos de neurosis con síntomas histéricos y obsesivos.
Los invito a ver esta película y a comentarla.
1 Dor, J. (2006). Estructuras clínicas y psicoanálisis. Buenos Aires: Amorrortu Editores.
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