Cada vez que leo acerca de Freud, que conozco
su vida siento más admiración. Para mí no es un simple mortal, es un hombre
cuya teoría revolucionó al mundo, con un gran amor a la verdad, con un gran amor
hacia la vida, un extraordinario investigador y científico y con muchos
recursos intelectuales, yoicos, que le permitieron sobreponerse a las
adversidades y seguir dando lo mejor de sí.
Es de
gran interés por lo riguroso y verás la biografía que escribe Erns Jones acerca
de Sigmund Freud. Sustenta sus
escritos con las cartas que escribía Freud a sus amigos y lo que éstos le
escribían a él.
Es
importante que conozcamos, cómo se fue formando el movimiento psicoanalítico.
Las distintas sociedades y los primeros congresos y las penurias que por la persecusión
nazi padeció el psicoanálisis. Respecto a las sociedades, existía según
entiendo, la de Viena, la alemana, la italiana y estaba en marcha la
Norteamericana, en Inglaterra ya se había formado una organización sin embargo,
tenían algunas diferencias con Freud.
El primer
agravio que sufrió el psicoanálisis producto del nazismo fue la quema de las
obras de Freud en Berlín en el año 1933, para que autorizaran el psicoanálisis
en Alemania se le exigía que los miembros judíos de la sociedad fueran
excluidos.
Jones
expresa la preocupación de Freud, por la persecusión que eran víctimas el grupo
psicoanalítico, sus obras y también el Verlag. (editorial psicoanalítica cuyo
encargado era Martin Freud). Esta se mantenía por la venta de los ejemplares de
la revista y las obras en Alemania. Se puede observar la influencia de lo que
estaba pasando en su trabajo y estudio psicoanalítico.
Se hace
referencia al primer Congreso Internacional que se celebra sin Ferenczi y
coindió con la renuncia de Reich de la Asociación.
También Jones relata el padecimiento de
Freud por su afección orgánica, lo doloroso e incómodo de la protesis “el
monstruo” como él mismo lo llamaba.
Es
curioso saber que a Freud no le gusta que lo elogiaran de más, para los
aniversarios de sus nacimientos, era de esperarse que las personas quienes lo
admiraban y respetaban planificasen actividades especiales y él supongo que
también consecuencia de su estado físico, no le gustaban las festividades.
Fue
importante que Freud se tomara el tiempo para contestar la correspondencia. Le
llegaba de diveresos campos, de sus pupilos, de personas del entorno científico
como Einstein. Me llamó la atención una carta que le escribió a una Sra
Americana que le pidió ayuda sobre su hijo me permito citarlo:
“Querida Señora:
Deduzco
de su carta que su hijo es un homosexual. Me impresiona mucho el hecho de que
usted no menciona esta palabra en su información sobre él. ¿Puedo preguntarle
por qué evita el uso de este término?. La homosexualidad no es, desde luego,
una ventaja, pero tampoco es nada que uno deba avergonzarse, un vicio o una
degradación, ni puede clasificarse como una enfermedad; nosotros la
consideramos como una variante de la función sexual. Muchos individuos,
altamente respetables, de tiempos antíguos y modernos, varios de los mas
grandes (Platón. Miguel Angel, Leonardo Da Vinci etc.) fueron homosexuales. Es
una gran injusticia perseguir la homosexulidad como un crimen, y es también una
crueldad”.
Lo que quiero
transmitir con esta carta, es lo avanzado que era Freud para su época, sus
concepciones teóricas tal vez iban más allá de lo que las personas estaban
preparadas para manejar.
Freud contaba
con amistades incondicionales como el de Marie Bonaparte y tenía claro quienes
eran sus enemigos. Por lo que puedo inferir que no era político, cito el
ejemplo que me hace pensar de esta forma. Cuando se le pregunta a Freud si una
sra llamada Janet podía visitarle, éste se negó argumentando lo siguiente: “ No
veré a Janet. Yo no podría dejar de reprocharle su conducta desleal para con el
psicoanálisis y también con mi persona, sin dedicarse en ningún momento. Fue lo
bastante tonto como para decir que la idea de una etiología sexual de la
neurosis sólo puedo haber surgido en la atmósfera de una ciudad como Viena.
Luego, cuando los escritores franceses comenzaron a hacer circular la
calumniosa especie de que yo había asistido a sus clases y les había robado sus
ideas… No, no lo veré. Pensé al comienzo ahorrarle la descortesía mediante la
excusa de que no me siento bien o de que ya no puedo hablar en francés. Pero he
decidió no proceder así. No hay razón para que yo haga sacrificio alguno por
él. Sinceridad es la única actitud posible: la grosería se justifica.”
Por otra
parte, conocer al Freud perseguido, al que tuvo que valerse de sus influencias
para poder salir huyendo de Viena y protegrse él y su familia, conocer el gran recibimiento que tuvo en
Inglaterra y los cuidados que recibió por parte de su hija Ana hasta sus últimos
días.
Yo hace
poco reflexionaba si Freud se habría imaginado la embergadura de su obra y
reconocimiento que tendría internacionalmente y aquí he hayado la respuesta en
una carta que le escribe a Jones:
“Estimado
Jones:
Todavía
me parece curioso con qué poco presentimiento consideramos los hombres el
futuro. Cuando poco antes de la guerra, usted me habló de fundar una sociedad
psicoanalítica en Londres, yo no pude preveer que un cuarto de siglo mas tarde
viviría tan cerca de esa sociedad y de usted, menos aún pude imaginar que fuera
posible que, a pesar de estar tan cerca, yo no pudiese participar de esta
celebración”.
Para finalizar, me pareció hermoso lo que escribió Ernest Jones para su funeral. Es muy hermosa y
larga para citar aquí sólo quiero hacer referencia al final cuando dice: “Y así
nos despedimos de un hombre cuyo igual no volveremos a encontrar. Desde el fondo
de nuestro corazón le agradecemos que haya vivido; que haya hecho; y que haya
amado”.
Referencia:
Jones, E. "Vida y Obra de Sigmund Freud". Vol III. Buenos Aires: Editorial Paidós.
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