Estamos atravesando momentos muy difíciles en
nuestro país. En estos momentos
reina la incertidumbre, la preocupación y nos invade un sentimiento de gran
tristeza.
Se ven frustrados nuestros intentos por llevar
una vida cotidiana sin contratiempos, ya tenemos que hacer la compra sin
planificación de tiempo y dinero porque estamos buscando diariamente lo que
necesitamos, vivimos en una paranoia colectiva ante la inseguridad, y ante los
recientes acontecimientos, hacemos maromas para cumplir con nuestras
obligaciones.
Y desde lo que somos psicólogos y desde nuestra
formación teórica el psicoanálisis, buscamos entender lo que pasa a nuestro
alrededor. En la práctica clínica, nos conseguimos con pacientes muy angustiados
con lo que están sucediendo, pacientes que cancelan las consultas, no por una
resistencia al encuentro terapéutico sino por una imposibilidad real ante el
caos urbano de llegar hasta nuestros consultorios. Ese es el sentimiento de
algunos, la imposibilidad de llegar a conseguir las soluciones al malestar
social que vivimos en la actualidad.
“Un grupo y un individuo no son de hecho
completamente diferentes en sus tribulaciones psicológicas. Cada persona en el
diván trae con él un grupo: las representaciones del objeto introyectadas, con
quienes él se relaciona en cada momento. Y cada grupo actúa con una entidad
compuesta a través de sus acciones, o a través de su líder o representante”.
Esto lo dijo Leo Rangell, durante una conferencia de la IPA en 2007
Las motivaciones que subyacen las protestas
espontáneas que promueven los estudiantes y que acompaña la sociedad civil son
muy diversas y sin duda tendrán consecuencias. Cito de nuevo a Leo Rangell
donde señala: “Los deseos reprimidos y actitudes de las masas tienen mucho que
decir en los resultados de la historia, tanto o más que las funciones
racionales del yo colectivo” (Rangell, 2007).
Este psicoanalista se plantea la interrogante de
¿cómo tratar la psicopatía de una masa? Y señala que existen las mismas
limitaciones pero que tal vez las mismas oportunidades, que si tratáramos un
paciente individualmente,(Rangell, 2007).
Sabemos que en el psicópata hay una renegación de la ley de
prohibición del incesto, por lo que en la psicopatía de las masas, hay una
renegación de las leyes que establecen las normas de un comportamiento. Es más
dramático cuando vemos que la psicopatía proviene del Ejecutivo y de otros
poderes del Estado.
A lo largo de la historia hemos sido testigos
de atroces violaciones de los Derechos Humanos ejecutados por líderes políticos
y sus seguidores.
La interrogante continúa, ¿cómo tratar la
psicopatía de masas?. Rangell, trata de dar respuesta diciendo: “es a través de
la educación basada en principios psicoanalíticos donde encontraremos alguna
esperanza” (Rangell, 2007).
Para mí tenemos que promover acciones más
concretas desde lo que somos y hacemos, creo que la interrogante queda abierta
para la relflexión y la búsqueda de respuestas.
Desde lo que somos, y desde nuestro objeto de
estudio, podemos profundizar en estos fenómenos sociales porque tenemos una
responsabilidad social: brindar espacios donde las personas puedan pensar y reflexionar
acerca de su malestar.
Fuente:
Rangell, L (2007). TROPICOS Revista de la
Sociedd Psicoanalítica de Caracas (2008) vol. 1.